Simplemente estar presente

[transcripción del vídeo Just Being Here, de Jon Bernie]

Jon Bernie, maestro contemporáneo, cuenta con cuatro décadas de práctica y estudio en las tradiciones Zen, budismo Theravada y Advaita.

Me gustaría hablar un poco acerca de cómo “estar aquí” (estar presente). Suena bastante básico, simple. Y realmente es bastante básico y simple, pero también bastante profundo. Estar presente no es atrapar un concepto. No es aferrarse a unas ideas.

Utilizamos la palabra “enseñanza” pero es más un tipo de guía sobre cómo estar aquí presente. Toda enseñanza, fundamentalmente, va sobre cómo estar presente.

Puedes querer entender cómo funciona, o puedes querer estar seguro de que va a funcionar, pero sería como entrar en un coche sin haber conducido nunca y que alguien dijera, “bien, mete la llave, gírala, pon el pie en el acelerador, aprieta el pedal”. Y entonces tú decir, “Vale, ¿y cómo va a funcionar?” O “¿me lo puedes explicar?” Y ese alguien diría, “Sólo gira la llave y pon el pie en el acelerador, y ve lo que ocurre”. Así que puedes pretender entender cómo funciona el motor, o las conexiones eléctricas y ese tipo de cosas pero, básicamente, para conducir el coche tienes que girar la llave y poner el pie en el acelerador. No importa si crees en ello o no, o si crees que va a llevarte donde quieres ir.

Aprender o descubrir cómo estar simplemente presente requiere una especie de tanteo del terreno. Saltar dentro. Es cierto que el método de orientación fundamental para saber verdaderamente cómo estar presente es lo que llamamos despertar a tu naturaleza esencial. Ese es en verdad el primer paso, el siguiente paso, el último paso y todos los que vengan después.

Así que puede ser la enseñanza más simple y la más completa —simplemente tener conciencia. Ser uno mismo consciente. Pero eso no significa pensamientos o sentimientos o sensaciones,…  son una descripción de nuestro despertar original. Por tanto, esencialmente el cómo estar presente es permitir que ESO se ponga en primer plano. Y si no lo está, traer la conciencia a todo lo que ocupa ese primer plano, tanto si son sentimientos, sensaciones o pensamientos. Y entonces darse cuenta si hay algún esfuerzo o intención, aferramiento, intento de retener algo. Porque la enseñanza fundamental de estar presente es simplemente estar presente, sin aferrar, sin retener, sin intentar, sin comprender. Sólo ser.

No se trata de conceptos. Son descripciones de cómo es cuando se da el “estar presente”. Venir a esta sala y estar en este ambiente puede realmente traer eso a primer plano, si no está presente. Puede en efecto empezar a comenzar a filtrar burbujitas de consciencia a la superficie. Por tanto, mientras estés aquí sentado, date cuenta de lo que está pasando. Date cuenta si algo se expande o se abre. O si algo se acerca o se aleja y contrae. O algo que se aleja, algo que intenta meter presión. Date cuenta de lo que ocurre. Date cuenta del movimiento de tu conciencia ahora mismo.

El nivel más profundo de comunicación aquí es lo que llamamos transmisión, que es una no verbal, energética resonancia. Infinita, inconmensurable. No puede medirse. Esa es la definición de infinito. Inconmensurable. ¿De acuerdo? Y por eso asusta tanto y resulta amenazante abrirse, porque cuanto más te abres, más te acerca al borde del infinito. Pero esa apertura es realmente tu naturaleza. Y esa es otra descripción de estar presente: apertura. Simplemente estar abierto. Apertura. Quizás puedas empezar a sentir esta conectividad, esta energía. ¿Entiendes? Y si lo estás sintiendo, simplemente ábrete a ello.  Entrégate a eso. Reposa realmente en la conciencia, como conciencia. Y ese movimiento natural, si tú quieres, te liberará. Sabes, estás encontrando tu camino. ¿Te das cuenta? Incluso si no lo piensas así, o si no crees en ello. Porque no está bajo tu control. Este proceso, este increíble descubrimiento que todos disfrutamos, o andamos luchando con él, es el trabajo misterioso del universo y estamos aprendiendo a alinearnos con él, a cómo llegar a ser íntimos con él. Y es un maravilloso, increíble y, a veces, realmente difícil viaje. Pero vale la pena. Vale la pena. Dije recientemente, creo que la semana pasada, que el viaje es el destino. Porque únicamente puedes estar presente. Aunque pienses que puedas estar en otro lado. No hay ningún “allí”, ¿de acuerdo? No vamos del punto A al punto B. Eso simplemente no ocurre, ¿sabías eso? La realidad está aquí mismo. No hay un ir a algún otro lugar. No es posible. Y parece que así sea, pero es solo pensamiento. La realidad es infinitamente presente, momento a momento, se puede decir. Siempre, en cada momento, completamente nueva. Y cuando despiertas, eso es lo vívido. Es el espíritu de tu ser. Eso es lo que significa “espiritual”; es la energía vital; la viveza que anima esta vida humana. Y es muy amorosa, en realidad. Es una fuerza conectiva.

De manera que aprendemos a alinearnos con ese armonioso gran reino del corazón. Y descubrimos cómo conectar con este momento, incluso si es un momento duro. Nos conducimos con compasión, ternura… estas cosas, y entonces algo empieza a abrirse y florecer. Quizás una crisis nerviosa, la liberación de alguna emoción o así. Agotamiento, agobio de algún tipo.

Pero estar completamente presente es un alivio tremendo. Te invito a sumergirte en esto, a encontrar ese santuario, ese refugio que está allí donde tú estás. Siempre accesible.

Nuestra naturaleza esencial está esperándonos, con infinita paciencia, para mostrarse y ponerse a nuestra disposición. Es todo. Y que la dejemos conducir el coche. Sabe cómo hacerlo.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.